La radioterapia es una piedra angular en la lucha contra el cáncer canino y brinda esperanza y curación a innumerables perros y sus familias. Este tratamiento, aunque intenso, puede cambiar las reglas del juego en el manejo y potencialmente curar varios tipos de cánceres en nuestros compañeros caninos.
Comprender la radioterapia
La radioterapia implica el uso de partículas u ondas de alta energía, como rayos X, rayos gamma o haces de electrones, para destruir o dañar las células cancerosas. En el caso de los perros, esta forma de tratamiento se utiliza principalmente para atacar tumores localizados, reduciendo su tamaño o eliminándolos por completo sin necesidad de cirugía invasiva.
El mecanismo de la radiación
El poder de la radiación radica en su capacidad de causar daños irreparables al ADN de las células cancerosas. A diferencia de las células sanas, las células cancerosas son menos capaces de reparar este daño en el ADN, lo que provoca su muerte o una reducción significativa de su tasa de crecimiento. Esta destrucción selectiva es lo que hace que la radioterapia sea eficaz y valiosa en oncología veterinaria.
¿Cuándo se utiliza la radiación?
Los veterinarios recomiendan la radioterapia para varios escenarios, que incluyen:
- Casos en los que la cirugía no es posible debido a la ubicación del tumor.
- Como tratamiento de seguimiento a la cirugía para eliminar las células cancerosas restantes.
- En cuidados paliativos, para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de perros con cáncer avanzado.
Tipos de radioterapia
Hay dos tipos principales de radioterapia que se utilizan en el tratamiento de perros:
- Radiación de haz externo (EBRT): La forma más común, en la que la radiación se dirige al cáncer desde fuera del cuerpo. A menudo se utiliza para tumores que son accesibles y donde la localización precisa es crucial.
- Braquiterapia: Esto implica colocar fuentes radiactivas muy cerca o dentro del tumor, proporcionando una alta dosis de radiación directamente a las células cancerosas y minimizando la exposición a los tejidos sanos.
Qué esperar durante el tratamiento
La radioterapia generalmente se programa en múltiples sesiones durante varias semanas. Si bien no es invasivo y cada sesión es relativamente rápida, se requiere anestesia general para mantener al perro quieto durante el tratamiento, asegurando precisión y efectividad.
Posibles efectos secundarios
Si bien la radioterapia es un arma potente contra el cáncer, no está exenta de efectos secundarios. Estos pueden incluir pérdida de cabello localizada, irritación de la piel y, en algunos casos, reacciones más graves según el área tratada. Sin embargo, la mayoría de los efectos secundarios son temporales y pueden controlarse con la atención veterinaria adecuada.
La radioterapia sigue siendo un actor clave en el arsenal contra el cáncer canino, ya que ofrece una combinación de alta eficacia y acción dirigida contra los tumores. Para muchos perros, este tratamiento no sólo prolonga la vida sino que también mejora la calidad de vida, lo que lo convierte en una opción valiosa para quienes enfrentan los desafíos del cáncer.