Está bien establecido que el estrés desempeña un papel en muchos problemas de comportamiento comunes de los animales de compañía, así como en varias enfermedades prevalentes. El estrés puede caracterizarse como una respuesta a una amenaza, peligro o pérdida de control percibidos. La respuesta al estrés es una reacción innata diseñada para proteger al individuo preparando al cuerpo para luchar o huir. Muchos de los efectos físicos y conductuales del estrés son beneficiosos a corto plazo, pero se vuelven perjudiciales si no se elimina el factor estresante y la respuesta persiste. La respuesta al estrés se caracteriza por un cambio completo en el funcionamiento del organismo. Cuando el cuerpo percibe una amenaza, el sistema nervioso autónomo activa el sistema nervioso simpático. El sistema nervioso simpático es responsable de la respuesta de lucha o huida, que se caracteriza por una liberación de hormonas que desencadenan una serie de cambios físicos. Estos cambios incluyen un aumento de la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la respiración, así como un aumento del azúcar en sangre y una supresión del sistema inmunitario.
Los gatos, a diferencia de otros animales domésticos, no suelen expresar sus sentimientos exteriormente, sino que se callan y se retiran cuando se sienten ansiosos. A veces, los gatos se esconden cuando se sienten ansiosos o estresados. Es su forma de afrontar la situación e intentar sentirse seguros. Si su gato se esconde más de lo habitual, puede ser señal de que se siente ansioso o estresado. Intente proporcionarle un lugar seguro y tranquilo donde esconderse, y evite molestarle mientras esté en su escondite. Los propietarios deben ser conscientes de los síntomas del estrés para ayudar a sus gatos. Los gatos se estresan fácilmente con los ruidos fuertes y las personas que se mueven en su entorno. Si nota que su gato se esconde mucho o que no juega ni se acicala tanto como de costumbre, puede estar sufriendo estrés.
El cuerpo de un gato tiene varios mecanismos fisiológicos que controlan el estrés. Por ejemplo, la glándula suprarrenal produce la hormona cortisol en respuesta al estrés. El cortisol regula la respuesta del organismo al estrés y puede ayudar al cuerpo a recuperarse del estrés. El sistema nervioso también desempeña un papel en la respuesta al estrés. El sistema nervioso simpático es responsable de la respuesta de "lucha o huida" del organismo. Esta respuesta es un mecanismo de supervivencia que ayuda al cuerpo a enfrentarse a situaciones peligrosas. Cuando el cuerpo está estresado, el sistema nervioso simpático aumenta la frecuencia cardiaca y la presión arterial, y disminuye el flujo sanguíneo al sistema digestivo. El sistema nervioso parasimpático es responsable de la respuesta de "descanso y digestión" del organismo. Esta respuesta ayuda al cuerpo a recuperarse del estrés y volver a un estado de relajación. El sistema endocrino también desempeña un papel en el estrés. El hipotálamo es una parte del cerebro que controla el sistema endocrino. El hipotálamo es responsable de liberar hormonas que controlan la respuesta del cuerpo al estrés. Existen varios tipos de estrés. El estrés agudo es una respuesta de estrés a corto plazo que se produce en respuesta a un acontecimiento específico. Este tipo de estrés no suele ser perjudicial e incluso puede ser beneficioso, ya que puede ayudar al organismo a hacer frente a una situación peligrosa.