Los tumores grasos, conocidos médicamente como lipomas, son una ocurrencia común en los perros, especialmente a medida que envejecen. Estos tumores benignos están formados por células grasas y suelen ser inofensivos, pero su tamaño y ubicación a veces pueden causar molestias o problemas de movilidad a su perro. Esta guía proporciona una descripción general de estrategias y tratamientos prácticos para controlar eficazmente y potencialmente reducir los tumores grasos en perros.

Comprender los tumores grasos en perros

Los lipomas son bultos suaves y móviles debajo de la piel y se encuentran con mayor frecuencia en el pecho, el abdomen y las extremidades de perros de mediana edad y mayores. Si bien generalmente no son cancerosos, es fundamental que un veterinario revise cualquier bulto nuevo para descartar malignidad.

Métodos no quirúrgicos para controlar los lipomas

  1. Ajustes dietéticos – Una de las primeras estrategias en el manejo de los lipomas es ajustar la dieta de su perro. Alimentar con una dieta equilibrada y de alta calidad con un contenido limitado de grasas puede ayudar a prevenir un mayor crecimiento de tumores grasos. Incorporar alimentos frescos e integrales y reducir los alimentos procesados también puede ser beneficioso.
  2. Ejercicio – El ejercicio regular ayuda a mantener un peso saludable y mejorar el metabolismo general, lo que puede prevenir el crecimiento de nuevos lipomas y controlar el tamaño de los existentes. Adapte el ejercicio a la edad y el nivel de condición física de su perro para garantizar que sea seguro y agradable.
  3. Suplementos – Algunos suplementos pueden ayudar en el control de los lipomas. Los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el aceite de pescado, tienen propiedades antiinflamatorias que pueden mejorar el metabolismo de las grasas de su perro. Otros suplementos, como la cúrcuma, se han mostrado prometedores para reducir los depósitos de grasa gracias a sus efectos antiinflamatorios.

Tratamientos Quirúrgicos y Médicos

  1. Extirpación quirúrgica – La cirugía es un método común y eficaz para extirpar lipomas más grandes, especialmente aquellos que causan molestias o restringen el movimiento. Esta opción generalmente se recomienda cuando el lipoma interfiere con la calidad de vida de su perro.
  2. Liposucción – En algunos casos, los veterinarios pueden recomendar una liposucción para extirpar el tumor graso. Este método es menos invasivo que la cirugía tradicional y puede ser adecuado para reducir el tamaño del lipoma sin eliminarlo por completo.
  3. Inyecciones de esteroides – Para lipomas más pequeños, las inyecciones de esteroides pueden reducir el tamaño de los tumores. Estas inyecciones deben ser administradas por un veterinario y generalmente se consideran cuando la cirugía no es una opción.

Seguimiento y chequeos periódicos

Los controles veterinarios periódicos son esenciales para controlar el crecimiento de los lipomas y garantizar que sigan siendo benignos. El seguimiento regular ayuda a tomar decisiones oportunas con respecto a posibles tratamientos y a gestionar la salud en general.

Si bien los tumores grasos en perros generalmente no son dañinos, controlar su tamaño y prevenir las molestias es importante para mantener la calidad de vida de su perro. Mediante una combinación de dieta, ejercicio, posibles suplementos e intervenciones médicas, es posible controlar e incluso reducir los tumores grasos. Consulte siempre con su veterinario para elegir el mejor curso de acción adaptado a las necesidades específicas de su perro.

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