El carcinoma de células escamosas (CCE) es uno de los tumores malignos orales más comunes en perros, representando aproximadamente entre el 20% y el 30% de todos los casos, lo que lo convierte en la segunda neoplasia maligna oral más prevalente después del melanoma maligno. Este tipo de cáncer afecta principalmente a perros de mediana edad y mayores, con una edad promedio de aparición entre los 8 y los 10 años. Curiosamente, los perros de razas grandes pueden tener un riesgo ligeramente mayor de desarrollar CCE en comparación con las razas más pequeñas.

Comprender el carcinoma de células escamosas en perros

El carcinoma de células escamosas en perros se presenta típicamente como masas irregulares, similares a una coliflor, dentro de la cavidad oral. Estos tumores se encuentran con mayor frecuencia en áreas como los incisivos, los premolares de la mandíbula inferior y los molares de la mandíbula superior. Además, el carcinoma de células escamosas puede desarrollarse en la lengua y las amígdalas, lo que dificulta la detección temprana sin exámenes bucales regulares.

Una de las características alarmantes del carcinoma espinocelular es su potencial para invadir los huesos. En el momento del diagnóstico, alrededor del 77% de los casos presentan afectación ósea, lo que puede complicar significativamente el tratamiento y el pronóstico. Sin embargo, a pesar de este comportamiento agresivo, solo un pequeño porcentaje de los casos muestra metástasis en los pulmones, y menos del 10% presenta síntomas en los ganglios linfáticos regionales. Es importante señalar que los ganglios linfáticos agrandados en los perros afectados pueden no siempre indicar metástasis, sino que podrían ser el resultado de las citocinas inflamatorias producidas por el tumor.

Mayor potencial metastásico en localizaciones específicas

Los tumores de carcinoma espinocelular localizados en la base de la lengua y las amígdalas son particularmente preocupantes debido a su mayor propensión a la afectación de los ganglios linfáticos locales y a la metástasis pulmonar a distancia. Esto hace que la intervención temprana y las estrategias de tratamiento agresivas sean cruciales para manejar estos casos de manera eficaz.

Curiosamente, una variante del carcinoma escamocelular papilar, que suele aparecer en perros más jóvenes, muestra un comportamiento clínico diferente. Si bien puede invadir localmente los tejidos circundantes, no suele hacer metástasis, lo que ofrece un pronóstico más favorable en comparación con las formas más comunes de carcinoma escamocelular.

La prevalencia y las características del carcinoma de células escamosas en los tumores orales caninos resaltan la importancia de la detección temprana y la intervención. Los controles veterinarios regulares, en particular en perros mayores y de razas grandes, pueden ser fundamentales para detectar estos tumores antes de que progresen a una etapa más avanzada y desafiante. Comprender los comportamientos distintivos del carcinoma de células escamosas en función de su ubicación y el tipo de variante puede ayudar a orientar las decisiones de tratamiento y mejorar los resultados para los perros afectados.

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